Como todos los acontecimientos que suceden en el universo, el ciclo menstrual también se estudia
con el yin y yang, un ciclo en constante cambio al que debemos adaptarnos para poder estar en
armonía.
Si no lo has hecho ya, este es el momento de pararte a observar, de ver cómo te sientes durante cada
fase, tanto a nivel físico como emocional y mental. Las mujeres somos cíclicas, tenemos nuestro
ciclo de cuatro estaciones internamente y honrar esta naturaleza nos va a traer muchas alegrías y nos
va a evitar muchos problemas. La comprensión de una misma, es esencial para relacionarnos con
nosotras mismas, con los demás y con la sociedad en general.
Obsérvate, conócete y entonces podrás evaluar o no la validez de estas fases en tu ciclo.
Es importante entender que cada mujer es diferente, y es necesario evaluar no solo el aspecto
ginecológico a la hora de un tratamiento, si no, englobar todo el organismo, para así poder ser lo
más concretos posibles con la valoración final y poder ser más efectivos con el tratamiento.
El ciclo menstrual se cuenta desde el primer día de la regla, hasta el primer día de la siguiente regla.
Lo vamos a desarrollar en 4 fases:


1) FASE MENSTRUAL:
Es la fase del silencio, de la introspección, de la soledad. Queremos estar tranquilas.
Se recomienda aumentar el descanso, en cuanto al ejercicio físico, debe ser más suave.
Durante la menstruación, la mujer es especialmente vulnerable a los patógenos externos como
pueden ser, el frio y la humedad. Debemos entonces tener cuidado a al hora de exponernos a ellos.
Momento en el que el yang llega a su máximo y yin comienza su crecimiento.
La oportunidad terapéutica del período es mover la sangre (si hay amenorrea) o detenerla (si hay
menorragia o metrorragia).


2) FASE POSTMENSTRUAL:
Necesitamos salir, hacer cosas, iniciar proyectos, ponernos en acción tras la inacción de la
menstruación, necesitamos florecer.
La descarga cesa y se empieza a reponer la sangre. El metabolismo se ocupa de producir y
transformar más Sangre para reponer la deficiencia relativa de Yin y Sangre que se ha producido.
Como Sangre y Yin tienen la misma fuente, el énfasis en esta fase es enriquecer el Yin para
alimentar y reponer la Sangre.
Tomaremos verduras de raíz como la remolacha, zanahoria, frutos de color rojo como dátiles, fresa,
frambuesa.... También más caldos de hueso, algas, azukis, nueces, sésamo negro…
Un buena receta puedes ser la crema de remolacha, con calabaza, calabacín, zanahoria y puerro.


3)OVULACIÓN:
Fase llena de energía y vitalidad en la que nos sentimos alegres, activas y perfectas, en otras
palabras...estamos a tope!!
Siguiendo el principio básico de la teoría de Yin-Yang, cuando Yin alcanza su extremo se
transforma en Yang, lo que en Ginecología moderna se relaciona con la ovulación y con el aumento
de temperatura basal que la sigue. Por tanto, para que se produzca la ovulación, Yin debe
transformarse en Yang, para lo que se necesita sobre todo el impulso y el calor del propio Yang, con
lo que en este segmento calentar y vigorizar el Yang es extremadamente importante.
Un receta puede ser la mezcla de vino tinto caliente + canela + clavo + pimienta + un poco de miel.
¡¡Ojo!! este tipo de recetas, antes de tomarlas es necesario consultarlo con un profesional, ya que no
todas las mujeres tenemos la necesidad de calentar (potenciar el yang) con el mismo énfasis.


4)FASE PREMENSTRUAL:
Es una fase de preparación a la menstruación en la que las sombras van saliendo poco a poco a la
luz, en la que nos liberamos, vemos las cosas desde una cierta distancia y valoramos qué queremos
eliminar o añadir a nuestras vidas.
Durante esta fase las energías van decayendo poco a poco, nos va apeteciendo menos la actividad
física y solo quiero que llegue mi querida menstruación para así comenzar con otro nuevo ciclo.


Es importante que nuestro Qi Hepático fluya adecuadamente, para eso, nuestras emociones deben
estar equilibradas.
Si el Qi de Hígado está deprimido o estancado, puede estorbar los descensos y los movimientos,
dando lugar a una serie de trastornos premenstruales, como distensión o dolor mamarios, dolor o
distensión abdominal, ciclos irregulares o dismenorrea.
Es recomendable la práctica diaria de Qi gong y meditación para este aspecto.
Con esto, podemos entender que aunque no todas vivamos los ciclos de la misma manera no hace
falta estar siempre activa, dispuesta, disponible, vital, alegre, llena de energía. Si nuestro cuerpo nos
pide parar, paramos.
Es muy bonito saber gestionar cada estado y vivirle desde dentro, siendo conscientes de lo que
nuestro cuerpo nos pide en cada momento y así poder respetarle.